Recibimos el año nuevo con ilusión (óptica)
Hoy es el día de los inocentes. Durante un tiempo parecía que paulatinamente se iba perdiendo esta tradición de gastar bromas al prójimo, bromas generalmente inofensivas, como una llamada telefónica falsa o el legendario monigote a la espalda (aunque siempre ha habido a quien se le ha ido la mano con la inocentada, rozando los límites del buen gusto). Sin embargo, la irrupción de internet en nuestras vidas -mejor dicho, en nuestra vida las 24 horas del día-, parece haberlas recuperado en forma de noticias insólitas aparentemente verdaderas (si bien a veces parece que celebramos el día de los inocentes todo el año, con las constantes fake news que nos hacen dudar casi de cada cosa.)
Hacer creer algo a alguien significa generar una ilusión. Esta ilusión puede ser positiva, como un truco de magia, o -como en alguna inocentada que le harán a más de uno hoy- negativa: por ejemplo que te hagan creer que te ha tocado la lotería cuando no es así (que maldita la gracia, ¿verdad?).
Las ilusiones también pueden ser ópticas. Engañar al ojo ha sido un entretenimiento de artistas desde el principio de los tiempos. Es lo que en arte se denomina «trampantojo».
Gato por liebre
El término «trampantojo» procede del francés trompe-l’oeil, es decir, «engaña al ojo». En síntesis, se trata de hacer creer a la vista -y por tanto al cerebro- una realidad que no es tal, por medio de la imagen. Esta técnica la utilizaban los romanos para simular en las casas patricias elementos decorativos que en realidad no existían (frisos, columnas, cornisas, ventanas a paisajes hermosos…) y para crear perspectivas imaginarias.
Y desde los romanos hasta nuestros días, el trampantojo no ha dejado de utilizarse, como puedes observar en estas imágenes.
Interesante, ¿verdad? Desde Zamarripa Ópticos os deseamos un feliz 2018 lleno de ilusión. Pero de la de verdad. ¡Nos vemos el año que viene!