Cuando los ojos son como los indicadores del coche
A todos nos ha pasado: vamos circulando con el coche y, de repente, se enciende uno de los pilotitos del cuadro de mandos. Uno distinto del que avisa que estás en reserva o el que denuncia que no te has puesto el cinturón de seguridad. Oh, sorpresa, preocupación. ¿Qué será esto? En cuanto puedes, tratas de descifrar el aviso del indicador en el libro del mantenimiento o llevas el coche al mecánico.
En muchas ocasiones, los ojos hacen la misma función que los pilotitos del cuadro de mandos: se encienden y nos avisan de que algo no va bien. De repente, producen molestias, o aparecen con un color extraño, o con manchitas de sangre. Y puede que estén perfectamente bien, y que nos estén avisando de problema de salud en otra parte del cuerpo. Veamos algunos de esos indicadores:
Ojos sangrientos.
En los ojos hay muchos vasos sanguíneos y capilares que pueden romperse y causar una filtración de sangre a causa de una tos, un estornudo, un golpe o un gran esfuerzo. Pero también puede producirse a causa de la diabetes mellitus, hipertensión arterial o exceso de ingesta de ciertos medicamentos, como ácido acetilsalicílico.
Ojos de color plateado o cobre.
Cuando se presentan arterias de color plateado o cobre en los ojos, pueden indicar presión alta o hipertensión.
Ojos saltones.
Aunque los ojos prominentes pueden ser simplemente un rasgo familiar, también evidencian, en ocasiones, enfermedades tiroideas.
Acumulación de líquido.
La acumulación de líquido detrás de la retina en forma de ampollas o llagas puede indicar la presencia de una enfermedad llamada retinopatía serosa central, debida al estrés emocional, que provoca visión borrosa o una visión nocturna disminuida.
Ojos de diferente color.
La heterocromía del iris es hereditaria. Pero un cambio en el color repentino puede ser debido a una hemorragia, glaucoma, el síndrome de Waardenburg o neurofibromatosis.
Ojos amarillos.
Las enfermedades del hígado, como la hepatitis y la cirrosis, tiñen las escleróticas de amarillo por la acumulación de bilirrubina.
Muchas de estas alteraciones son bastante visibles y pueden llamar nuestra atención, pero en otras ocasiones pasan inadvertidas. Por eso es tan importante la prevención. Acudir al especialista a realizar controles rutinarios es la mejor forma de evitarte problemas.
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